lunes, 24 de febrero de 2014

AGUA, DESDE DONDE NOMBRARTE? POEMA GANADOR CONCURSO


¡No sé desde donde nombrarte agua!

De tu piélago a tus dimensiones,
utilidades, riquezas y necesidades/
Continente dibujando  islas y atolones,
cinturón que ciñe la roca de los istmos,
contenido de arroyos, lagos y ríos veloces,
danzas como hoja entre los valles natales
del cálido ámbito donde nada el embrión
pateando con sus nuevos talones/

Lágrima que espumas de gota los grifos,
colmas de tesoros los áridos estómagos
 y aglutinas las papilas bucales
como blanca leche apagando sedes universales/
En gota, rocío o diluvio,
al bajar tu cortina
nutres las ramas encolumnadas, 
las patas bestiales sedan sus bufidos
y tu nutrición ensancha peces y trajamares/

Sales debajo del polvo en manantial,
rugiente catarata cayendo en gravedad.
indomable salto, rozas el cuerpo de la piedra
y emerges como cristal/
En tu arista rebelde el ojo moldea su forma y
al emerger de la fuente
fortaleces la vista del panorama,
el oído diminuto se vuelca
cuando tuerces tus alas de ola
al saloma de doradas barcas,
donde el mineral recorre tu vientre
y el don de la vida recoge
tu copa esperada/

En tus hombros celestes
descansan las redes
y los bronces dorados del sol
pierden sus perlas
en la armonía donde la ostra
descubre sus húmedas verdades/
El oro verde de los vegetales
llena su cántaro de germen con tu nombre.

Con entidad suprema existes
como si la mano omnipresente
te hubiese legado el insustituible
mandato del maná/


Tu calma de oasis es serena/
Tu ira incontrolada no se esconde/
Ante ti se inclinan los barcos inútiles del hombre.
Las bocas se arrodillan y las lenguas se extravían,

Eres el calcio diluido de futuras generaciones
aunque el vil humano va despojando tu patrimonio/
Los intocables imperios de compactos asfaltos
entierran tus napas
comprando tu extendido mapa/
La mano tigresa aleve ordenó tu injusta repartición
y lava tu rostro con cloratos/
La inconsciencia absorbe mas tus males
que tus imprescindibles verdades/
Tus azules hijos congelados
conocen el blanco pelo sabio
que dibujas en la montaña,
el mensaje de un alud preventivo
y el majestuoso desmoronamiento del Perito Moreno.
Se adoran cuerpos fetiches de barro,

iconoclastas estatuas enanas sin esencia

VERTE BRILLAR


Tras mi cráneo contemplativo
puedo verte brillar en el árbol,
imantada de centellas.
Tras mi espalda,
en la ruta de ignorancia
convertirte en manzana verde.
Bajo los dorados escudos de la suerte.
intento girar sobre la tierra y
lentamente verte madura y carnal,
como un capullo de flores rosas amantes.
Con asombro el árbol parte su mitad
en la mordida de tu diente y
las nereidas de los bosques
suavizan la caída del madero al rio..
Ansiedad de mordedura
me provoca tu pulpa en estación
Desde la fragancia en tu pelo
hasta los frutos sólidos cultivados en tu cuerpo-.
Me perpleja tu crecimiento de extensa cordillera
cuando veo la nieve a la altura de tu frente y
de la garganta de la tierra subo
midiendo tu imagen colosal.
Tu eres el nutriente pan de mi dieta,
copa de agua en mis labios,
brisa que sopla
el girar plástico del cuello,
 y tras mi nuca
te adivino resplandeciendo como un sol
de afiladas aristas.
que copula con nueve lunas
y plasma fecundos gérmenes
sobre tu planicie de vientre-
Veo tu natural cara cosmética alisada.
De tu frente al mentón,
tus pestañas arqueadas
con la magia de un beso y
saboreo tus venas de sangre
como un diurno vampiro.
Detengo los caminos de la vida
en el marco de nuestro trigo sediento,.

y contemplo tus labios de cerezo nevado.

EN UNA CERRADA NOCHE

Pequeña flor mía,
volátil polen nutriente,
como la mínima abeja me circundas
con zumbido de dulce producto,
ante mis ojos desnudas
tu corazón de almíbar.
Cuando la lluvia
te embellece en actitud ferviente,
forja un espejo iridiscente sobre tus hombros
donde descansan los poderes de las viñas.
Tu pelo de espigas desciende
entremezclados colores de alquimia,
algo dorado como áurica vertiente
y un tiente azabache cercano
a la oscuridad tras los montes en vigilia.
En una noche cerrada,
atestada de herbarios sales nutriente
como el crudo tabaco fortalecido en la planta.
Son tus hombros un enigma
que en la lupa de mi vista liman sus aristas
y cuando provocan un simultáneo roce,
vestidos de purpura sangre,
se convierten en deseo de estambre y
de los canales arteriales recogen signos de maderas
que arden como leños hachados en prismas.
Al recorrer la longitud de tus venas
se seducen mis palmas artesanas
y brillan en el planeta del bronce
tus curvilíneas membranas.
Se concentra mi instinto animal
como un toro en plenitud genital,
enardecido tras la virtud de la hembra.
Al piélago de tus hombros
cual palomo bravo desafío al silencio,
expulso un arrullo enamorado
en la oquedad de tu oído,
mientras reposo mis mejillas al plácido círculo
de tu hombro
voy susurrando a la caracola
de tu país agrario,
que pacte su riqueza con mi vínculo.

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CALLADO AMOR , RUMOREAS


Callado amor que rumoreas
en sueño como silenciosa caracola,
desvestida impúdica como la abierta perla,
gaviotas volando agua azul y olas,
pellizco de mariposas en tu interno vientre
donde al palpar tu turgencia entras en mi tacto
y seduces mi vista en tus caderas amblando con tu alma/

¡Ah desnuda estatura de piel y fino mármol!
Refulges en el profundo aleteo de la noche
cuando los recuerdos hablan y la vista mira mas allá de los cerrojos
cual yo miro de tus entrañas el preciso vuelo abierto del petirrojo/

Hemos visto los ojos ampliados de la tristeza
empañar los cristales de nuestras pupilas.
Oímos el gemido arrasador de los sueños diluidos.
Pero los hemos revisado con precisión de victoria
en nuestra mirada de nobleza
sin perder un crepúsculo ni una tarde de ventana soleada
haciendo del amor unido una amnistía de albores/

Nadie vió nuestros espectros alejarse
porque juntos iban tras los valles paralelos del encuentro
andando los pesados rieles de la vida
con las ruedas de un rural tren inseparable
gastando las zapatillas en el baile de la espiga dorada/

¡ Ah, pez colorido de mis aguas íntimas!
Los naufragios cotidianos no mellaron nuestra maroma de agarra
ni el agua revuelta de un pirata desapasionado
pudo con nuestra blanca vela de izado albatros.
Con la bandera patria de nuestras comarcas
no nos faltó un buque para el amor de bote
y los brazos en remo coordinado.
Dividimos las aguas ásperas amotinadas
apretando los genes lúgubres del viento golpeando los rostros
y saltamos la tempestad con cuatro piernas atletas

Hasta el hoy sobrevivimos las hojas del almanaque
con los mástiles de la hora insobornable.
estirados en los brazos de pala enterramos los ecos divididos/.

Y yo... Mujer amada...
Despierto a tu lado cada mañana,
forjado en  la noche por las flores despiertas
que en tu enorme alma de dulce uva duermen/
¡ Ah  mujer. Presente tu pulso en mi latido!
Con tu sonrisa de espíritu en puerto salpicado
emerjo con mis aletas de pez fantasma,
del húmedo fondo en estero de tus entrañas/

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EL SABOR DE TU BESO

De tu mano cae, cómo rocío inexplicable,
lluvia para mis labios y neroli en mi boca,
la tersura de badana que mi piel evoca, y
tu dedo elástico de relámpago inmensurable.          
Mi noche se hace eterna en el reloj
del amplio desierto negro, y en la gota
del nácar luminoso, abro paso al alba
en el túnel del deseo,
y  choco con la mañana, donde tu esfinge
se dibuja en luz verde de alga y
se pincela, en el día carnal de la manzana.
Cada esquina del cuarto, baldosas, paredes y
cuadros, viven en la sombra del fémino espejismo
al reflejo arqueado de tu boca, irrumpiendo en volcán.
¡ Erupción de lava ardiente y besos ¡
Devorados en mi boca hambrienta y salvaje,
de astro voraz insaciable.
Mi lengua de fósforo enciende la pira
que ondula la mañana, en brusca tempestad.
Tu mano acaricia el cristal y el nenúfar y
tu beso mi labio desmenuzado.
¡ Oráculo de mis noches. Certidumbre de mis albas ¡
            Tu mano de pelo y harina es inexplicable.

            El sabor de tu beso, inenarrable.

EN TU BOCA NACE LA PALABRA

En un delicado capullo
se envuelve tu silueta.
en turgencia de carne.
Forjada en el horno del pan,
en aguas que arrastra el oro y
emergen por tu pelo.

Eres el festejo de vendimia
del oscuro al claro de mi día.
el silo del grano que levitas
con tus piernas de moliente harina.

Una fructífera cosecha de fuego
Volando graneros de suave
y flameante brisa
hasta las bandera  de mi pecho.

Amada,
la palabra se forma en tu lengua
donde el idioma es sacro.
Cada instante que te socavo
el léxico de tu sangre de tiza
es la clase electa de mis venas.

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TEMPESTAD DE CUERPOS


En tu domo está la claridad
y en la concavidad de su seno
ese aroma a vivas azucenas
que en mi despiertan excitadas
de puras amapolas narcotizantes,
pero me bastan fragancias
de tu pelo para besar con claveles
los planos de tu cuerpo.
Cual esa vivida lengua de fuente
que reclama presencia de sangre blanca/

La noche contigo amada,
es noche de briosos corceles
que tiemblan en las sabanas.
Noche de aguas en tus lotes desnudos,
secreto fluido,
pareces tierno animal que rila
en el repique de campanas mudas/

Mirar de cascada,
ojos de sereno manantial,
parpados de guía
en la enaltecida oscuridad.
Toco tus transparencias que callan,
silencio de membranas que manan
del epicentro de pleamar.
Abres tu imperio  secreto de aguas,
rio dulce que fluye
en la inundación que avanza/

Nos anegamos en melaza,
negro elíxir que nace en las riberas del alma.
Es la noche de tus muslos,
la hora en planicie de tu vientre,
el preciso minuto de tus rociadas flores,
segundo alegórico de instante,
ejercita tu arte de amar
desde mis plantas de raíces
hasta esa calvicie que brilla como estrella.

Bella, bella.
Bella,
que tendrás corcel hembra
que giran todas mis hélices,
desde tu
Ay,
espíritu que reviertes
el acíbar inverso de la vida
como una calada sandia hecha
de gajos flameados,
con el color de tu sangre
que es el pasto de mi gula.
Sonar de lira,
manufacturada con vestidos de luna/

Este lento juego en desmande
nos llevará al vértigo de la catapulta
hasta precipitarnos en gravedad nocturna
como dos rayos
iluminados bajo las delicias de
nuestras sombras que deliran.
Empapados desde la frente
hasta los pechos ensamblados,
cual diminutas islas
ungidas de aceite/
Hasta ser cuerpos demoledores como
las aspas helicoidales que parten la columna
de la harina en la tempestad del vientre/
mundo genital
hasta el aroma de tu boca,
oliendo como un bajel fugaz
que viaja en el cuerpo de las flores/ 


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NUNCA PREGUNTÉ SU ORIGEN DE ALHELÍES


Sin mas espera que tu llegada me pregunté?...
¿Vendré aquí en regreso a renovar
el sentido del antifaz de la muerte conocida?
¿Del otro lado de la reja
estarán sus pies de raíces iluminadas?

Obtuve la paciencia del atrasado reloj
pero mi latido ya sonaba a muelle abandonado/
Fue entonces que te bajé de la colosal montaña azul
y regresé tu estatua de trapo al inestable mosaico de los mortales/
Fuiste llama que encendía mis hogares,
pero entre los fuertes vientos me arrojaste
como un pabilo de cera apagado/
Olvidé tus dos copas de frente.
Olvidé tu palabra con semblante y
Olvidé el deleite de tu ojo encontrado/

El tiempo trajo su nueva suplencia
en un rumor de súbito paso,
una azarosa emergencia de encuentro/
¡Una flor!...
Una flor que no se partía contra mis muros
ni olía a tus jardines olvidados/
Una flor que mi mundo ignoraba/
Un nombre que tu voz desconocía/
Venia de lejos...
De...
Nunca pregunté su origen de alhelíes


SUPREMACÍA DE LA TIERRA


Bella tierra dormías
bajo el ojo celoso de la noche 
como custodio en vigilia,
incrustaba su mirada en tu vientre 
Cuando de la sombra insólita
de los álamos despiertos 
emergió la figura del fantasma.
 
 
De súbito
 
a la torre de la memoria,
 
insistente y creativo
se reinventaba a sí mismo. 

Tras mis hombros se acopló
en hélice curvada. 
merodeando los pliegues del cuello
y en susurro de ruido incomprensible, 
cayó rodando de una montaña tan alta
 
a un abismo tan profundo,
 
que veloz se incineraba en la caída.
 

Bella tierra,
 
la decadencia no esconde sus fantasmas
 
de mueca torcida en tus arrugas gredosas.
 
Tiene el feroz hábito aleve de la cobardía tirana.
 
Si gimiera hondo en tus entrañas
 
mostraría su voz desafinada y
 
sus garras penando por una lima nueva,
 
sofocado en tu entraña sin retorno.
 

Tosiendo como garganta vieja
y lamiendo adulante 
tu siempre nueva atmósfera de tierra,
 
con el vientre de la sémola abierta
en tu hocico negro 
estrangulando su tropel de pena añeja.
 
En la colorida gama de tus fermentos
 
con que camuflas tus terrones supremos.


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ENTRE SÁBANAS


Alma de mujer mia,
en ti la noche cae
ardiendo entre las sábanas
y la  huella de tu cuerpo
se estampa cual si el centro
del mundo se dibujara ahí.
Aun huelo tu sudor de asombro
en el sueño que dejaste en el lecho.

Puse mis labios de escudo y

tu ariete de beso fogoso se abrió paso,

con el aroma de tu piel invadiendo mis poros.
Tus besos en hoz segaron mis pastos
mustios de antaño y
te prometí caricias que aún no te he entregado.
 De pronto
tus ojos tiranos me hacen esclavo,
en su inmensidad de océano me mido, y
la pasión me quema con tu ausencia.
Tu palabra de amante pronunciada
se desliza en la espesura
de dorados trigales,
donde el suelo abre su oído
y el cielo canta glorias.
Hay hebras de tu pelo revoltoso que
decoran la almohada.
Tu palabra en gemido enaltece mi silencio,
cuando al roce ya era tuyo
soltaste saetas de besos atesorados.
No vi tu lado ausente.
Sí el clamor de tu carnal esencia.
Quisiera partir sin ti a la frontera final.
Sino envejezco a tu lado
será una cita sin aviso.
El amor que me has hecho
en  mi viaje peregrino,
persistirá en mi corazón de luto,
en  mi ausencia inevitable.
Pero por mí canta  Mujer…
No hagas que los campanario
Repiquen en sonido mudo/.



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