Como el mar abraza en círculo el istmo de la tierra emergiendo
como lengua
Así mis manos ciñen tu cintura, cintura de brazo mío, quemándome
hasta las palmas
La luz del sol te envuelve -algo absorta- con su abrazo de
llama
Y gira en hélice el destello contra las piedras en torno a
ti.
Y dando vueltas, cae un racimo de viña magnética, hacia tus ojos
de imán, y
de tu exterior retornar doradas las velas del crepúsculo.
Cuando entra la noche salvaje hacia ti, ¡ muda mi amor ¡el telón
se aclara
Y de los ojos de la luna, caen uvas nutridas hacia tu boca, como
esclavas.
Al verte, sucumbe la estrella melancólica, a tu imagen de
creación viva y única
Las flores seducidas y la soledad del cielo apagan su
tristeza.
Como invasora poderosa, caracola del mar, cuento de
unicornio,
penetras el camino de los campos del trigo, y la espiga mansa se
dobla con tu aliento de boca.
¡Suelta tu flecha gloriosa, con el arco de tus cejas oscuras ¡ y
clávala,
con tu arco de cazadora, al zumbido sinfónico, como un latido de
cantos.
Cuando entre el verano, sumergido en tus besos de volumen,
golpeará
tímidamente las puertas del viento en tu oído, para le hagas un
espacio.
Mientras, las hojas impúdicas del otoño, preparan una hilada de
infinito collar,
Para enredarlo en tu cuello de reina, abrazándote, así como el
mar ciño al istmo.
De tu boca llega al cielo lo que en tu corazón duerme y sueña!
Ah, mujer silenciosa ¡
Cierra tus ojos de abismo, para no eclipsar a la rosa ni a la
sombra.
_________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario