CRONICA DE REINOS... (RICARDO ALVAREZ).
De las migajas y ostias de los míseros potentes,
servidas en bandejas relucientes,
se alimentan los impedidos esclavos inocentes,
con plato de mano para sus dientes.
Si hay fiesta bacanal para el
rey,
hay jubilo forzado y pan de circo romano para la plebe/
El vestido de Lucifer al ocaso se deshilacha y
danzan las hebras el baile impúdico de Cenicienta en creces.
El raspón del poderoso es un pesar profundo,
el clamor hiperestésico de la servidumbre es algodón,
aun con heridas que ríen como
calavera de terror imberbe/
La muerte de la corona se llora en pomposidad
La del siervo se descuenta del menú de cantidad.
El labrador danza, el baile eterno de los descalzos,
entre las espinas sin pena ni tormento y la lengua
clandestina de ausente ebriedad/
El mendigo lustra el suelo con lengua de hambre,
sin orgullo ni vanidad,
barre del suelo pulido cenizos
de osamenta.
Muerde hasta el más flaco hueso, despojado de elementos/
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