TIERRA SUPREMA... (RICARDO ALVAREZ).
Bella tierra dormías bajo el
ojo celoso de la noche.
Como custodio en vigilia,
incrustada su mirada en tu vientre
Cuando de la sombra insólita
de los álamos despiertos
emergió el recuerdo como
fantasma,
cabalgando tenaz el camino
constante.
De súbito
a la torre de la memoria,
insistente y creativo, se
reinventaba a sí mismo
Detrás de mis hombros se
acopló en hélice curvada.
Merodeando los pliegues del
cuello y en susurro,
de ruido incomprensible,
cayó rodando de una montaña
tan alta
a un abismo tan profundo,
que veloz se incineraba en
la caída,
precipitado y sin dejar
rastro.
Bella tierra,
la decadencia no esconde sus
fantasmas
de mueca torcida en tus
arrugas gredosas.
Tiene el feroz habito aleve
de la cobardía tirana.
Si gimiera hondo en tus
entrañas
mostraría su voz desafinada
y
sus garras penando por una
lima nueva,
sofocada en tu entraña sin
retorno.
Tosiendo como garganta vieja
y lamiendo adulante
tu siempre nueva atmósfera
de tierra,
Con el vientre de la sémola
abierta en tu hocico negro
estrangulando su tropel de
pena añeja.
En la colórica gama mutante
con que camuflas tus
terrones vengadores.
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