En el fondo de mi alma hay una
melodía sin notas.
Una canción salvaje y hermosa, que germina
con letras que
resisten a ser escritas.
Es hábito cristalino y vuela.
Pero no sobre mis labios.
¿ Como pronunciarla,
sin temor a mezclarla con un sentimiento
terrenal ¿
Habita el territorio de mi alma,
en la cresta roja del temor, donde emerge la
palabra.
Cuando mis ojos me ven por dentro,
en la luz de su sombra, mi piel
de relincho equino se sofoca, y
el ademán de mis manos busca su figura.
¡ Pero es en vano ¡
Como el lago que refleja transparencia,
mis lagrimas revelan su ausencia.
Y caen, en retozo, luminosas gotas de rocío.
Intento rehuir a su amor y publicarlo en
silencio.
Es en vano que me mienta.
En mi sueño tartamudo me repito.
No comprendo este amor.
Me amparo en las mañanas, a no rugir
en despertar clamando su nombre.
Porque en las noches, el ansia
de mis manos se hace eterno.
¿ Cómo cantar frente a ella, la
secuencia de mi corazón ¿
Con una muda boca que musita,
sin paladear la razón.
¿ Quien se atreve a
frasear una melodía ¿
Sí ella. ¡
Ella es toda la canción ¡
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