Aquí
respiran los pulmones del hombre,
En
este lugar donde mis ojos inclino.
¿Qué
será la vida sin la progresión creativa
de
exigirse a si mismo estando fuera de los límites del tiempo?
Como
se sentirán los esbirros de las balas, los huecos rellenos del alma vacía?
Aquellos
demonios de los gatillos, tan breves de palabras,
de
acatar órdenes con espaldas dobladas, tan doblegados a la intemperie de la
vigilia,
como
un espantapájaros languideciendo bajo un sombrero de paja y espinos,
mudos
y ciegos de letras sin visiones, fuera de los círculos
que
no competen la catástrofe doliente que
provocan los ejes
de
los esqueletos que piensan y resienten la pena sin fundamento.
Esta
incipiente luz se proyecta iluminando cultivos
florales
de renacientes cenizos.
Truenan las campanas su simbolismo de
murmullo,
dentro de los muros del viento
el soplo nace desde la profunda gola
del pueblo.
Yo llamo pueblo a mi afable vecino, a
los avatares impensables
que son piedras de coyuyo cuando las
manos se imbrican apuntalando un objetivo.
A los pupitres docentes, las gasas de
nosocomios repletos,
a la simpleza de un guiso, los grafitis
neorrealistas
en todo su contexto expresivo.
Al beso tierno que humedece las
mejillas arreboladas
de los niños, las manos laboriosas del mármol
frio,
encastrada potencia que otorgan los
dedos unidos en empatía
con el martillo, la fragua cotidiana, la forja
del ser concubino,
a tantos recuerdos valientes que silban
desde el olvido,
oteando de azoteas atemporales, los
pechos que nunca se rindieron al proyectil enemigo.
Aunque no justifique ni comparta la
vileza del dedo asesino,
que en un punto responderá por su accionar
frío.
A todo aquel que mire desde otras
veredas
le planto rosas en su camino de piedra,
no quiero ser un plomo más en su mochila
cargada,
ni juez participe de su sino.
libero sus amargas ataduras y lo abrazo
con alas integras,
quiero que mi adversario se siente a la
mesa de los amigos,
compartir un pan de risas saboreando el
espíritu del vino,
el cuerpo de aquel humilde hijo del
carpintero que llamamos Jesucristo,
sin apuntar a una sola cruz ni un magnánimo
símbolo.
Escojo la opción de mixturar los credos
y las razas,
los ideales distintos que condecoren de
laureles los altos picos andinos,
abolir los compartimentos de distintos
colores y que las etnias se abracen en los mares o las tierras, en las
paralelas que conviven
las ideas racionales, que la paz sea un
logro y no el logotipo de una camiseta, que valga la promesa más que la firma, que
postrer a respetar los himnos nacionales, que el mundo sea fontana
de utópicos cristales reforzados ,
transparencia de mirarnos
sin caretas en lagos carentes de
espejismos.
Que sea la vida un reverdecer de
forestas,
robledales que resisten impetuosas
tormentas,
hojas dulces de cerezas, fruto
congestionado como un bulbo explosivo o un fuego prendido en connivencia
planetaria.
De "Fuera del tiempo"
Ed, PALIBROS Hecho el Depósito según
la ley 11-723- registro de autores.
Todos los derechos registrados en Safe Creative & Published
Word Press Poetry
Poemas de ricardo alvarez@blogspot.com
Poemas de ricardo alvarez-blogger
No hay comentarios:
Publicar un comentario