Rompe su suerte la raíz
profunda y callada,
la dura cimbre y la rosa
llena de tesoros
dilatan flujo de la sangre
agotada,
dobla su uniforme el agua en
simple acodo.
Combatientes somos en el
tálamo que rila
las hormonas de cuerpos
sudorosos
exhaustas flores perdidas en
grito de sangre belicosa.
Crece en la sangre un
desasosegado,
urgente reflejo del guerrero
anheloso. .
La exhausta flor perdida en
su reposo
rompe su sueño en la raíz
mojada.
Irrumpe la explosión
terráquea y sus entrañas pierden,
savia de flujo, áspides y
elementos verdes.
Cruje la estrella del norte y
azota el cielo que estalla
sobre el estanque de aguas
claras un rumor silencioso
en realista sueño vívido
supera las raíces mojadas,
en un descampado de batalla
ganamos el juego mortal del gozo.
porque la vida se hiende en
la muerta y en fortuito
vuelo de hojas libres se
resuelve el dilema.
La vida hiende vida en el
alfeizar respiración embravecida
y aunque la muerte gane la
partida una mujer femenina
en la narcosis del Fausto,
Hedonismo y lodazal de festiva cruzada.
Aunque la muerte sea perdida
de vida
hendido su sable ganaré
alegre la partida
porque la vida oferta dulces
campos de cruzada
cono una mujer sublime,
atestada de pólvora femenina.
De LLUEVE EL VIENTO EN LOS TEJADOS- A publicarse en julio 2019 - Ed. PALIBROS -
N.YORK – EEUU
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