TANGO... (RICARDO ALVAREZ).
Evoco una senda al dominio de las
cañas,
a la luz de los guayabos dejando
su marca de negros dolores en las
claras enaguas.
El ceibo reinventa el aroma del joropo
Venezolano,
y los asesinos dientes del cocodrilo
universal
trozan los tiempos del cerezo en Japón.
Encima de mi hombro la sensual mariposa
hizo su curva de vuelo y narco amapola,
dejó las narices del mundo en las
nubes,
el árbol del pan alimentó el derrumbe y
el caos instaló tan alto su trono
que incendiaron las ciudades su rumbo
afligido.
La pena aovó la gruta del dolor
excavado de los recuerdos y
de mi ácida boca de reproche brotó un
resalto de reflejo y selva.
Los espectros rodaron su suerte de
moneda
en cada amplitud de mis gestos.
La parca anduvo buscando su mordida de
manzano en mi débil humanidad.
Pero veló mi corazón por su gemela
hembra
sin dejar evidencia al mañana.
Nos dió la llave de la celda vespertina
y
la luz asomó con su fuelle encendido de lampa y sonido.
Gasa estéril en su boca
que deja la nostalgia de un tango sin
heridas/
El rayo abre su boca de escote y
el bandoneón sopla la melodía de la
moneda afortunada.
¿Que quiere decir este tango
sin bandoneón?
No quiere decir nada,
solo expresar libertad en el verso, la prosa y la
palabra.
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