Desde lo diáfano de tu cielo
a mis raíces de tierra
he visto la agilidad del rayo
con brillos de centellas.
Tu bajabas en la brisa oro
divino en mi frente,
hermosa torre de soberanía al
tocar tus uñas el firmamento,
agitadas mareas por el viento
eran aguas congestionadas,
racimos de abierto espacio
rumorando secretos de la espuma.
En la virtud sumergida,
espiga en monumento,
te elevas en resplandor
y tu paso poderoso escalaba
landas
hasta el ápice de
cerros
para descender a mis brazos
de cuna.
El vínculo fue un majestuoso
crepúsculo menguante
rodando al cenit sus
naranjas,
emergía la luna sonriente
como esa risa ebúrnea que
espejan tus dientes.
Todo es alcanzable con la
fuerza del corazón palpitante,
Entre sueños argentos y nubes
de agua celeste,
teas de fuego iluminando tu
reino soberano
y el invierno colmándonos de
regalos
.
Te amo con el pan o con el
hambre
con la pobreza en el
semblante
o en la opulencia del linaje.
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