TU Y TUS AMORES, LUISA... (RICARDO ALVAREZ).
¡ Ay Luisa ¡
Tu y tus amores lejanos inconclusos...
Se te fue
diluyendo la vida entre los sueños y el ahora halla tu pisada algo difusa.
Si tu boca
hubiera cerrado tanto como tus párpados titilantes
la soledad no
seria hoy tu compañera
Te fuiste
sumergiendo de tu artera roja sangre al pálido azul de tu vivienda deshabitada.
Alambrada
mujer de púas,
cercaste tus
emociones con la sombra recostada en tu lado del olvido
Que hermosa
estabas luisa en tu vestido preñado de acuarelas y tizne tinto,
ancha como
las muñecas sangrantes de tanto llorar olvidos.
Tus senos
parecían de plata y tu boca de cobres,
ahora paseas
la oscura ribera marchita con labios vírgenes de besos
y aromas
volando con ojos de águila y panorama abierto.
La sed de ave
desierta te nubló las pupilas en un oasis colmado de ofertas,
tu exigencia
de tributo te legó un paso de melancolía y tus ojos soñadores con el hilo
bordado de la cuna infecunda destejió su lana de madriguera.
¡ Ah luisa,
como deambulaban erguidos
tus senos
turgentes como una primavera independiente ¡
Cuando tu
carne provocaba suspiros y producía sudores,
andaba tu
pecho levitante de escarapela floreciendo el verde rebosante,
ladeaban tus
caderas las aristas del viento que se hacia brisa a tus costados
y más de una
pisada tuya provocaba un suspiro, las hojas silbaban un rock de los 70,
la acera
lasciva se agachaba bajo tu falda
y hasta los
secos árboles apilaban sus hormonas.
Era imposible
despertar sin recordarte y dormirse sin amarte
Luisa, ¿
donde quedaron tus retratos amarillos colgados?
Cuando los
modernos semáforos ya no te guiñan y el rojo aparece como signo de letarguía,
en que espacio repta tu figura y huella de anaconda y tu corona emperatriz
resbalando tu pelo escaso cercano al blanco,
tus muslos y
nalgas frescas acumuladas ya en ocaso.
La quirúrgica
piel se estiró tanto que quedó vacía de recuerdos.
Para ver una
luna necesitas una foto y tus veredas de azules se fueron al gris apagado.
¡ Ah luisa ¡
cómo se te fueron los dulces zumbando entre los panales de abejas macho...
con tanto uso
de lupa minúscula y requisitos.
Si enumeras
los amores te darán ecuación de toneladas.
Pero si
cuentas los rencores.
No-Luisa.
No hay numero
para tus rencores.
Ni espacio en
tus manos de espanto y pecas,
el tamiz del
tiempo ha ido goteando tan lento sus derivados
que te dejó
sin productos ni resultados.
Todos los
derechos reservados en Safe Creative
_________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario