Ella
debiera estar bailando
en
una alegre fiesta sin máscara de brea.
Orquestando
sus pies sin pesares
al
compás de la música y floreciente tea.
Con
una pura y amplificada sonrisa
descargando
el contexto de nodriza,
ampliada
como la extensión del ciempiés ceniciento/
Al
fecundo muelle esperando
el
arribo de su príncipe gallardo
con
sueños azules sin niebla de llanto,
en
sus ojos pardos de esperanza.
Ceñida
en cintura en la estrechez del viento,
resonando
en caracola una voz
de
flauta dulce en alabanza,
como
su pequeña esfera de nova incipiente,
que
recién amanece con sus postales al alba
Descalzando
su seño en fragante .
Electrizando
su inmaculada sangre
hasta
la última vena de la pista
en
un sábado que la halle
perdida
tras la sombra de la semana.
Acomodando
la distancia que legó su niñez calva.
Más
la adolescencia en ella no danza...
Aun
no ha resuelto en sus pies de niña
la
gélidas fría en la baldosa del orfanato.
La
inocente flor púber nunca ha danzado.
Sus
pies descalzos y frágiles
soportan
la mole apilada en hilera
de
los metales impregnados en conjuro,
en
una estancia de social indiferencia
que
va arrugando sus párpados de inocencia.
Sus
piernas van atrofiando sus venas
al
caminar desnuda de piel desollada
el
vía crucis de las aceras flojas.
Debajo
raspa el rigor de la piedra,
el
camino de reptiles en la arena
enlutando
su camino tras el pan prosaico,
a
diario empaña sin pureza sus ojos pardos
que
no volverán sobre su paso andado y
seguirán
destinados al camino de los cardos
como
un trampolín y puente sádico
donde
brinca el salto al aire la danza ilusa
en
los desvencijados camastros
donde
quedan restos de labor meretriz,
en
sus ojos pardos diluidos asoma una pestaña infausta/
Todos los derechos reservados en Safe
Creative
De mi libro PLANETA HUMANO - Ed. TIERRA FIRME. BUENOS AIRES -
ARGENTINA
Hecho el Depósito según
la ley 11-723- registro de autores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario