Antes de ti
era el derrumbe del sentimiento,
un ente difuso entre celosías de niebla.
La poesía inconclusa
esbozada en la hoja del ásaro nauseabundo.
Era la palabra difuminada al techo siniestro,
el fonema que ni las torres pronuncian.
Era
gota del sudor ajeno,
la pierna amputada del trotamundos,
Hoy contigo mi interior es agitar de salitre,
océanos de corbetas alanceando mis tristezas,
esa pena ya muerta
la guillotinó el corazón que palpita
como un bravío rio de venas húmedas
hasta el estallido de aguas vetustas.
Contigo soy calor de arena, recodo de
caracola,
landa de ardiente volcán que en la explosión
del cráter es mimbre de tu lava,
manojo de brazos todo lo abarcas,
el
Vesubio claudica ante la vehemencia
de tus tórridas charcas…
Por tanto, mujer planicie de seda,
mi piel se afana con temblar en tu planeta
de puertos con aguas quietas
y anclo en tus estuarios fondeando rojas
mareas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario