Llevo mi
carroza de valiente corazón
con los laureles florecidos
en la
antorcha del Olimpo.
Los capilares contraídos y vainas inflamadas
a las
tierras muertas de los descabezados.
Con
resonante música,
de
platillos y tambores
No toco
solo alabanzas a los héroes
gloriosos.
También…
¡Vivo hurras
a los héroes derrotados¡
En atalayas
de balas,
fortalezas
de canales,
mares que
ahogaron
sus barcos
con mástiles, velas,
y razones
de infinitos ideales.
Para mí no
hay mas honor
que la
contienda perdida con la frente altiva
en la
batalla histórica retratada.
Ni valoro
las muertes por las conquistas
de los guerreros enaltecidos.
Mas
que los rostros de los soldados sin nombre.
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