Tus
ojos, selva de fieras aguerridas.
De
pájaros tucanes coloridos.
De
vitraux impío a la mirada.
Son
serenos,
como
el océano sin viento
ni
crujido y el mar paseando
burbujas en su cresta resurgida.
Son
la húmeda lágrima cálida,
tan reales que alimentan,
con
su forma de almendra
y
profundos
como
precipicio deseable de suicida..
Son
de relámpago y metal acústico.
Silencio
de esfera que hablan con el dibujo.
Son
el país de eximios pintores y
una
rara primavera.
observando
sobre el hombro del invierno.
Son
portales de fábulas.
Paradojas
penetrables.
De
latido sereno y espejado parpadeo,
donde
habita un páramo como destino,
en
la cerrada levedad de la espuma en sueño reposan
y
abiertos palpitan con la fuerza devorante de las sombras.
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