El ultimo ángel satánico he
derrotado en su trámite de espina.
Maniaco persiste su ronca voz
de habano
y su mano de dinamita insiste
al hueco del lecho
cuando eleva su temperatura de
hervidero/
Suele traer su letal lupa de
escrutinio y con rigor de ciencia
mira con su óptico láser
estudiando anatomías/
En alocado eco galopan sus
potros salvajes ebrios,
pisan la pradera de mi papel y
su mínimo apogeo de rima
y ruge...
Ruge con el vigor de la uva
enrarecida
confundida entre los licores
venenosos/
Trae sus dominios de amo a mis
costales de torre y lado
como ejercito de orden caníbal
rayando la línea
horizontal deja su escama de
reptil enderezado
y los centauros adulantes
recuestan
millones de besos en mis
párpados/
Cuando respondo con la lealtad
a tu amor
enfurece su zapa y socava mis
entrañas,
trae su metálica arpa de saeta
y
repercute su canto mi
laberinto ya cáustico/
Tenaz replico tu convoco y
aleja más su distancia de hierro.
Le narro los besos
multiplicados y rompe su algarabía de tótem/
Llora su agua de equipo
derrotado
como un fan estrafalario del
tabú/
Ya deambula su bastón el piso
gastado,
va respirando su oxigeno de
fatiga y
cuando tu presencia amenaza su
espectro fantasma
toma su real forma y cae de
bruces
como muerto dragón con la
mirada en cerrojo/
Guarda su pústula de lengua
como colgajo pútrido de
marchitos frutos acabados.
Ruega la línea de la conquista
a nuestro ambiente de atmósfera/
Mendigo de oportunidad,
cosidos sus harapos
retira sus naipes de tarot,
baraja la magia el compás de
la carta engañosa
y la vuelta del vástago
presagia la extensión de su derrota
al natural oficio de nuestro
abrazo germinado/
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