Vi tu boca propagar al aire tu beso acróbata/
La húmeda adherencia en tu red de alquimia,
con
codicia pescadora me atrapas
como presa fácil de telaraña extendida.
En tu vientre de aromas frescos
miro por la ranura de tu ombligo
la calma de la abeja en el laberinto del
panal,
y la misma ola que devoró barcos,
dentellando mástiles y velas en tus dedos de
palmera/
Pico de olivo son tus senos aceitados al óleo,
camino al planeta de la aceituna,
trepa al vientre del espacio
el cadencioso manantial rodando por tu
cabello y
la transparencia del agua pedregosa anega la
serena lluvia
Tu
piel de seda aceitunada brilla como
afilada daga y
en el continente de tu figura cósmica derrite
el rigor sus espiras.
De tu mirada emerge la ribera del faro
monumental...
A tus oceánicos ojos inclino mis días y
veo del desliz de los peces galopantes
diseminando las azules cosechas en tu
vientre.
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