Despertó la
casa al alba
con la
respuesta del amor resuelto.
Originó
errante el camino sumiso de las sabanas
y el tálamo
dividió sus limites fantasmas sin dirección.
Me dejó una
fría herencia de ardor pasado y
busque el
respaldo de la uva diluida
en el
espíritu del vino atrincherado,
rozando la copa su arista de olvido
y la zona
del cejo se hizo flagelo de cuartel
y se fue...
Se fue tu
sombra perdida
con tu
obediente figura a cuestas
dejaste las
ruinas de lo construido con tanto orden
que la tinta
uva enérgica
me legó un
destino de pozo y pala, un hueco de opaco olvido.
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