lunes, 29 de junio de 2015

UNA ROSA EN MI PECHO







Cuando el panteonero conduzca mi carne fenecida
hacia el silencio eterno,
sentiré un caminar estremecido,
y tus labios 
musitarán las coplas de lo amado.

Luego,
entre tus recuerdos preferidos
me amarás como la última vez.
Revive mi dureza de roble abatido,
protégeme en tu vientre.
Entrégame tu mar de misterios insondables
para amarte una vez más...espigadora mía.

Cabalgaré en caballos alados.
Viajaré hasta el final de las sombras
arropado en el silencio de tu amor.

En el silencio del universo
nuestras voces entonarán himnos solemnes.
Despedirás mi cuerpo con sollozos celestes.
Entonces
una sonrisa nacerá en mi alma,
y el ruiseñor… 
…sangrará una rosa en mi pecho.

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