¿Cual es la forma de decir
te amo?
¿Con sutileza, con desdén o
con olvido?
Si fuiste huésped de este
corazón herido.
¿Que oiré ahora. Todo fue en
vano?
Guarda tus guirnaldas de
esperanzas.
esas quimeras afiladas como
lanzas
que esgrimiste en tu mano.
No más sombras, no mas
plagas
no devorantes isocas
arrasando el trigo.
Mi soledad es tiempo de
ausencia
permanencia de tormenta que
se asienta y
en el eco del pecho nieva,
nieva en alud de piedra
y esa resonancia
de agrupadas neviscas tapa
tu propio nombre.
Que infortunio has de citar
si apenas comprendo tu
lenguaje monocorde.
Dejaste cicatrices de infiel
recuerdo,
heridas de abandono de par
en par.
Codicié un encuentro y solo
hallé una espera,
una inflexible ausencia de
tus labios callados.
Te legué mi vida en preludio
de muerte
y te oferté un sueño para
que en él flotaras.
Que rigor de daga te
consumió
si plañí cobardes lagrimas enclaustradas
en mi corazón asaetado
librado a su suerte.
Con un escobajo de cerdas
ensañadas
navegaste mi espacio
tibiamente,
no había significado
en las telarañas que
fraseabas
como himnos de cascabeles
anunciantes.
En pos de promesas dejaste
dolores
que en la arquitectura de tu
ausencia
quedó tu ponzoña en un lugar
cualquiera,
en las puertas del afuera
o al destiempo de mi mundo.
Gracias por la cita.
Ya no abordo mas naves.
Triste de mí que mutilé una
escala y
tan solo hallé una pálida
esquela
con gotas de oxido sellada.
¿Que tesoro buscabas en mi
universo?
Quizás te lo había
entregado.
Sumérgete en periplo de
otros mares,
corazones rotos has de
hallar.
A éste…
A éste lo has de olvidar.
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