Que decir de tu vientre de
seda y tapiz
Tu cintura de universo
erótico
De tu sueño de salitre y
aroma
Y tu mano en pala de
acuarela
Trazando los marcos de los
jardines con destino.
Tus senos de ánfora siempre
plena
Lumínica erección de tus
pezones de miel empalagada.
De tu obsesa fragancia
natural
como brújula marcando el
horizonte
Con las alas de pajares de
tu alma en aldea
De tus dedos esculpiendo la
harina domada.
Tu triangulo de cáliz fértil
de entre pierna
Goteando en manantial azul
la piedra su lagrima.
De la tea encendida
entre tus cejas de monte y
Chaco,
Tus ojos de avatares siempre
teñidos al blanco.
Aun estoy sentado bajo tu
sombra
Recostado a la brisa
provocada de tus gestos
Con el almacárdia estirada
en estanque
Y un espacio donde siempre
hallo
el sol eterno y rebelde
y las nueve primaveras
en la sombra cálida de tu
brazo de almendro en bufanda.
Que decir de tu pestaña en
alero,
cubriendo de oscuridad la
semilla del sésamo
plantado en el surco de tu mentón
bajo los rosados pomelos luciendo en tus
mejillas.
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