En la distancia de los países sin reinos
donde solo llegan los azules mares
y los pájaros metálicos del aire...
Hay rostros,
rostros en tropeles que retribuyen a
la lejanía
la mirada del cenizo con el ardor de
la brasa
en la dirección compartida del
sentido/
Rostros de insomnio que no desfallecen
a la impúdica turbina que engendra el
hambre/
Risas en libero destrabadas que
sieguen flameantes
el recto camino dorado de la espiga
del trigo/
Yo las llamo...
Las llamo desde mis pulmones de
aventura
con el idioma sutil del Hispano
Hablante y
siento que desde territorios aun sin
nombre
las turbulentas voces claras van
entrando
a su morada descalza
con sus pies de osadía al agua sin
alambre/
Resonando viene lento su trote...
Pero en sus brazos de roble la
resistencia
del agua reconoce su impotencia
a la estirpe hermana del linaje en
enjambre/
De las enormes parras de la lejanía
el racimo suda sus labores/
De esta distancia a las otras nos
congrega
la multitud del aroma en el cuerpo de
la uva/
El espíritu equilibrado de
inclaudicable paso fiel/
Leales hermanos de una Romería,
Comenzamos a ejercer la potencia de la
voz unida/
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