Dame la piedra,
el hueco gastado,
el aire poluto
y el canto pálido.
Las pesadas batallas
del fango absoluto.
La oquedad doliente
de tu profundo
dolor ensimismado.
Áseme con mano valiente
para subirte hermano,
aunque me aceche la muerte
elevaré con mis manos toda
tu alma
del abisal infierno
hasta el firmamento cálido
para ser juntos el pulso firme
del guerrero espartano,
dorso de falanges
batientes
hasta que el mundo acongojado
despoje sus harapos
dolientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario