Bajo una luna color
ceniciento
a cuya oscuridad el mar se
eriza
gira el blanco satélite en
extensión antípoda
y aparece un sol de fuego
en el celeste y cóncavo
cielo.
El tiempo sin desmesura trae
sales del viento,
no quiero atrasar mi paso con
duda
ni soltar lagrimas de lamento
anticipado
porque aun su boca forzada
respira.
En la briza matinal luce
fresca y lozana,
ella estableció en las nubes
del firmamento
el amueblado de mi sonrisa,
cálida templanza del astro
incorporó en la vivencia de
sus membranas
el bienestar comunicativo del
silencio.
Yo la veo incorporarse con la
cualidad frondosa del pasto,
en verdes jardines de tulipas,
y cuando rompe las fronteras
mudas
entra en actitud rozagante a
mis telillas de atabal
y le ofrendo la palabra
amorosa de firme cimiento.
De LLUEVE EL VIENTO EN LOS TEJADOS- Publicado en julio 2019 - Ed. PALIBROS -
N.YORK - EEUU
Hecho el Depósito según la ley 11-723- registro
de autores.´
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