Hurgar en las cenizas del
tiempo
para hallar un mensaje de
runas
sin aprender viejas lecciones
sin lectura.
Rescatar imágenes impropias
pintando las paredes del
cuarto cenizo.
Defenestrar las calles,
creernos el centro
del mundo,
que los planetas son
grisuras,
vagas sensaciones opacas
donde la luz emigra.
A mí como muchos nos preocupa
la compañía solitaria,
dialogar con el espejo
el mismo rostro que se
esfuma,
un áspero soliloquio que se
derrumba
en falsa dialéctica.
Plagiar el élitro fugaz de
mariposas minúsculas
y en la tarda memoria apartar
los hechos de las vivencias.
Yo soy feliz y eso me
importa,
No lo dicta mi egolatría
porque soy participe comunitario.
Hay tantas otras cosas en el
mundo;
un instante cualquiera es más
profundo
que los pozos de las sombras.
La vida es corta pero no
sórdida
aunque las horas son tan
largas
como un reloj de arena
obstruida.
Una retahíla de maravillas
acecha
y nuevos soles brillan
junto al lado claro de la
luna.
¿Es el fin de la vida estar
muerto?
Porque he visto
huesos atados con alambre,
pedestre y erguido su
semblante,
morir pausadamente en cada
aliento,
contagiar el presente de
antifaces.
Opto carearme con la realidad
disonante,
entregar a lo monocorde un
compas de baile.
Embriagarme de penas y
alegrías
y que esa insípida espira
eterna contenga su queja.
Mientras disfrute viviré,
y ella, la meretriz muerta,
la que amenaza y no me
aterra,
que paciente aguarde en la
sala de espera.
En tanto miro las estrellas
que humean mis dedos,
un rostro que sonríe trae un
amor muy parecido
a la esencia del universo.
De "Fuera del tiempo"
Ed, PALIBROS Hecho el Depósito según la ley
11-723- registro de autores.
Publicado julio 2018
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