Creer a ciegas sin cuestionar
el principio difuso
incluye conocer la veracidad
sumergida,
ambas son dos partes de un
mismo todo.
La creencia es la fe que
sustenta el espíritu,
el saber implica reconocer el
error en la pregunta.
La elección no es
confirmación decisiva,
a contraluz oscuro la
variable es la verdad incierta
que la visión piramidal del
ojo cuestiona.
Pensar es el cráneo que
razona con lógica
y en reflejo responde lo que
adiestra la memoria.
en apariencia abstracta
fluctúa el escotoma.
La duda es una hidra de siete
cabezas, materia fugaz de grisura,
su forma vibrante incursiona
prismáticas sendas.
Creer que la duda es un rapto
esquivo que sortea la certeza
como un elástico lebrel en la
llanura corriendo entre neblinas
es ignorar que los siniestros
futuros reiteran la misma Historia relatando leyendas.
La evidencia es espejismo
espectral que envaina su vestidura
de disfraz y falsea ante la
duda una maraña de tejidos crípticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario