¡ Te
elegí amada ¡
No en
el reino de las caderas ni en la comarca de las bocas.
Ni en
los mares celestes hembras que besan la ribera.
Ni en
la melancolía de la copa florecida
donde la
guitarra rasga sus metales de vaina.
Ni en
la hoguera de besos acumulados y repetidos.
Te
elegí cuando el portal de mi sedienta alma
entre
las cúspides de las olas de senos
era tu
sangre de espuma duplicada
en la
aureola de la burbuja asomando su bella cresta.
Te
escogí entre los barros cálidos de los
pubis
porque
en tu piel se hundieron mis olores y
entre las blancas y tibias arenas andadas,
fuiste mi playa cálida preferida
Te
elegí amor...
Como
emblema de las voces afrodisíacas
cuando
en mi corazón el latido se hizo coz indomable.
Los
pasos se me perdieron entre las rocas
y la
cintura se inclinaba hacia tu brújula prodiga...
Te
elegí a ti amor,
aun con
mis agujas oscilantes del imán
atraído
por ajenas feromonas.
Porque
tos manos sostienen mis párpados y sus pesares.
En ti
encontré la arcilla para resucitar mi figura y la
profundidad
de los abismos que imploro se refugian.
entre
tus brazos de firme tibieza,
como la
madeja blanca y la herencia de Ceres
donando sus espigas doradas.
Los
pasos que mi huella había olvidado de las magnolias
y mis
labios de vena roja hinchados
donde
asoman los claveles sus aromas y
los lotos negros secuestran las olas del
naranjo.
Yací a
tus pies
Donde
en tu incensario corazón arde el mantón y sus telas,
deposité
mi beso con tatuaje de sangre y ascua
en tus
pechos donde beben los hijos de la parra y
el
hambre acrecentada de las leches
y en la
cuna se alimentan abandonados dones/
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