Escucho la
respiración
en el hueco del
aire,
voces de rabia
estridente,
espacios de
huellas que se borran,
en las aristas los
rostros de neurosis.
El beso es distancia
de mensura
que planea sin tacto
el espacio de la
simbiosis.
La ciudad
candente
un avispero agitado
que explota humos
fantasmas
en el dolor del
pie que golpea el asfalto.
Ciudad mega
infierno,
eco de
sangre
se cruzan en
semáforos
de abismos y
cenizas...
Anónimos
deambulan
crujientes desiertos evaporados,
arenas pétreas en
ojos que no se miran/
Catetos de móvil
yeso en bullicio constante
ocultan el dolor
en el sino del silencio/
Pasos y pasos
inertes
se
adormecen,
gente insomne huye
de la palabra
fugitiva que los
hiere hasta
el colapso de la
costilla.
Si este es el
suplicio cosmopolita
donde duelen la
propias penas
y no las
ajenas…
Donde habrá una cuerda
de luz
para escapar al
destino sombrío
tan extenso como
hiedras de barro yerto,
o subirán
Dantescas escaleras
consolidando pies
gélidos en el último piso/
No hay comentarios:
Publicar un comentario