Siento en mi pecho el rugir
que propaga la voz de América
en océanos de lindante ribera.
Me pregunta el silencio
cósmico del sur
por la intacta belleza de
estructuras mayas y aztecas.
El brillo del cobre Boliviano
y
el resplandor del estaño en la
piedra.
Sol de Paraguay, forjado canto
de arpa
palpa la región del verde
Brasil,
siento en mí latir un Amazonas
lleno de caudal.
Labrada piedra esmeralda cejas
en lumbre,
extendido en la longitud del
chile cordillerano.
América siempre ensangrentada
hasta las manos.
Unamos las falanges hasta ser
barrera estática
Ante modernos corsarios
conquistadores en armadas de barcos.
Que la potestad de los himnos
no rinda su espalda
desde el ancestro
Sanmartiniano
hasta el fuerte Artigas de
Uruguay
propaguen su voz de grito al
viento hasta besar el límite peruano.
Purísima americe, tierra de
tesoros intactos,
hijos de una misma madre.
Panorama cósmico del sur
surcado de campos, cerros y montes.
Rostros de sol, fatiga y
hambre con sus siluetas en levante.
Etnias de un solo brazo pleno
de cántaros y volcanes púrpuras,
Enterrada rosa fluvial en
mares coronados
Fuiste cárcel de voces,
enclaustradas trincheras que brincan
en el húmedo reino salvajes
guirnaldas, en los tronos
de fraguas forjaste la plata
matutina.
Se fueron los galeotes entre
cañones y marañas
nuevos conquistadores tendrán
que prorrogar el usufructo.
América niña, Latinoamérica de
labio adolescente, mujer de enaguas,
Tribu, aborigen, mujer,
consorte, parrales de bellos frutos.
Latinoamérica siempre cerrando
su puño áureo.
América latina siempre
sangrante,
levántate mano de arte que el
mundo está aguardándote.
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