Remontas mi corazón
al vuelo del papel
barrilete,
el cemento de mi figura
ecuestre
roza el agua de la canción/
Me acaricias la nostalgia
con tus labios de laguna
y de la brasa conservo
su química de fuego/
En mi risa de roca hoy
desprendida
comienza el canto nadir de
la rumba/ Entre
tus dobles muslos de jugos y
bambúes
donde marqué
las cruces del fuego en la mañana, y en
cada resalto dejé un pétalo sin tregua/
Al abrir tu pecho de tallo
leí
de las translucidas rosas su
altura,
tu boca enramada
rebasó el canto de la
púrpura/
Vistió el plumaje tu
envergadura/ Subió tu cabeza
la dimensión de toda inmensa
estructura/
Mis ojos cercanos a la
mirada del paje
veían en tus labios de
alegre paso
reducir mis temblores en tus
laberintos/
Estrechas mi despertar
en tus copos de maleza
negra,
donde trillan tus mansiones
el amplio espacio,
como ciega abeja te
contemplo
con la vista del zángano/
Hundo mi hocico a la suerte
de otra cercana mañana/
Prometo al próximo día dejar
mis labios rotos
estampados en tus ríos de
diluida sangre
con el agua naranja de mi
saliva repleta
del liquido de tu higo
en tus zonas frutales
donde acopio besos en tu
ombligo/
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