¿ Tu puedes esperar por mí ¿
Si así es házmelo saber.
No con palabras, sí con gestos.
No con ademanes, sí con caricias.
No con rituales, si con ternura.
Mírame una vez y sabré que es cierto.
¿ Puedo esperar por ti ¿ Sabes que sí.
Tengo el tiempo
infinito del reloj amputado de Cronos.
Mis incómodos pies
pueden transitar el culmine dolor
del fango ardiente,
y la quejosa mueca de un gemido lacerante.
Voy protegido de tu abrazo
crujiente,
hacia la meta
donde aguarda tu amor.
Amor puro como el
río blanco, y
real como el azúcar
negra.
Con alegría y
desenfreno de bosque tupido,
bebiendo almíbar en tu copa de encanto
Me hallarás al
galope de mi carne y hueso de campo
En el prado de los pétalos gemelos
de la avena.
Sé que tienes para mí
La pira en ascuas
bajo la dermis encendida
Y el labio voraz
de los cerezos quemantes y
Tu corazón relampagueando entre las
corolas de abril.
Una ventana de lágrimas
de festejo
y tu alegórico
vientre alegre de espuma blanca.
El caudal negro de
tu pupila en espera en la senda
de tus ojos de hoz,
donde tu mirada acecha.
un minúsculo
átomo de tu sustancia moja en gotas mi fantasía
en las cumbres
níveas, donde nace el sépalo hacedor de magia,
al amparo de tu cálido
abrazo.
¡ Sé que eres mia. No debo preocuparme del ocaso ¡
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