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Hermosa,
finas
manos de piedra,
agraciada
joya
que en la espuma del agua
se
recuesta.
Hermosa
como
una caracola argenta,
pasionaria
de mi bronce
color
de melaza
en
tu pelo,
néctar
destellante,
nido
del corazón
donde
el amor se acrecienta.
Mi
bandera está en tus cejas,
en
esa luz que aumenta
tus
ojos,
brecha
donde camino tu
bifurcado
país de dulce breva.
No
hay mapa en este mundo
para
tus manos de tierra,
no
entra tu mirar de acuarela
en
el centro del viento.
Quizás
los volcanes tengan lavas amplias
como
tus caderas,
Una
cueva oculta en el tamiz del oro
que
abrace tu cintura con hilos de luna.
Hermosa
y bella espuma…
Las
baldosas del océano
no
contienen tus curvas
ni
la flor más bella
trepa
la altura de tu aroma.
Hermosa
planicie de uvas,
tu
ombligo, tus piélagos,
tus
uñas y dedos,
tus
pies de pólvora,
cuando
reposas
son
mis patrimonios
de
cercanías o de antípodas,
de
fieras o calmos lagos/
Cuando
sueñas eres luz de rosas y
yo
el ruiseñor cantando a tu lado.
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