Ella es inquieta, casi lúdica,
con sus manos de
muñeca,
sus sueños de hada y
bella durmiente en
una Aurora.
Se desliza en la vida exprimiendo los momentos,
como fugitiva de un tiempo sin retorno,
un ahora que no
vuelve, y
cuando sus pasos levitan,
dejan una estela enamorada.
Tiene hablar de melodías afinadas,
esgrime como arma su ternura.
Su sombra destella luz,
a su andar la penumbra se entierra
y camina bajo sus pies de senda.
Las miserias se delatan
al susurro de su nombre.
Ella otorga silencios comprensivos,
habla con voz de
tierna badana cuando pronuncia
y exuda suspiros,
el placer de
contemplarla
derrama por mi falda,
licor de ágape y lujuriosas miradas.
¡ Ella es trémula y eterna ¡
¡ Frágil y férrea ¡
Emana cataratas en saltos de arlequines,
encadena sueños al
soplo de su aliento y
su oculto saber no se desliza en palabras,
lo pronuncia en los silencios,
cuando parece que
calla.
Su boca es de lago
apacible
y aguas serenas,
besa apenas la ribera
de la vida
con los labios escarlata natural,
y los pesares ajenos
nadan en sus remansos.
Su pelo es ladero donde el tiempo se desliza,
el reloj se detiene y medita.
¿Que razón
tiene mi presencia ?
A su dispuesta alma acude un cándido
despertar y se
saborea el encuentro.
enmudece el espanto al festivo gesto de su risa.
Su encanto seduce y agita ánimos apagados,
despierta lo acallado con espíritu de aventurera.
Sale al alba a encender el día,
los ojos del sol la
contemplan y agradecen.
El ocaso se hace naciente
cuando la luna brilla amenazante y
las estrellas le anuncian
la llegada de sus
ojos pardos.
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