Al despertar en la mañana,
con tu labio pegado a mi oído,
se propaga tu húmeda lengua, y
me penetra hasta el alma.
Se me apila el
verso, y la mano se me espasma.
Mi vida está entre la espada de tu brazo y la
pared de tu mirada.
Pendiendo del hilo, que mana de tu saliva.
Ojos negros, como
la noche más negra.
Mirada parda, como el puma hembra.
Boca violeta, morada de inundación de besos.
Ansia femenina, que aun no he colmado.
Banquete florecido de tu pubis.
lujuria en tus pestañas nocturnas y paisaje de
tu piel,
empapada de efluvio glandular.
Debo escapar de ti, hacia las montañas sin
limites,
¡ Alas mías, huyamos en vuelo apuntando a un
astro ¡
Suelto mis pies de metal, mis hombros de
piedra, y
las cadenas de mi sombra , aun no vuelan.
Quiero huir de ti, pero parece que el destino
Me clavó su púa de recluso, y
el sello de la V, marcó en mi senda.
Mi fuga de ti es una quimera, mi corazón
deseoso lo impide.
En el diluvio de tus ojos oceánicos me
sumerjo, y
como lava
loca, arraso tu oasis dilatado
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