La
luz de tus cabellos
iluminan
mi alma,
en
la noche devorada.
tu
vientre amanece
como
un océano que se enciende
en
la sombra de mis palmas.
Un
cuerpo de estrella
en
tu frente de aurora,
húmedos
muslos diurnos
que
se funden en mi aurora.
Tu
pecho se alza en pleamar y
brota
espuma por mi gola,
mi
cuello sumiso succionas
con
boca lenta que desciende
en
nieve blanca traída de cálidas arenas.
Entraste
en mi trampa oscura amor/
Estos
ojos cerrados
vigilan
atentos tus gestos de silencio.
Entras
en aguas de mis delicias
con
esta boca mía hambrienta
y
la cólera que se desnuda al instante
conjugado
adjetivos en tus prados.
Las
estáticas nubes vibran de celos.
De
la cúspide de cerros bajas
al
suelo trepando el regreso
al
ápice de los besos
y
la plenitud de tus formas
no
parangonan con paisajes del universo.
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