Silencio de rama.
Vago
rumor de amarillas hojas.
dando su espalda
a la tempestad
que difunde levisca de
ráfaga.
Verde arrasador del frontal
verano.
Pistilos abiertos de un año
prematuro
Portales del frio.
La brisa calma aun
ronda tus ojos amor y
en el clamor de mi voz
entras tus finos tobillos al
rio.
El mar abre sus pestañas de
ola
a tus plantas nacidas del
agua.
Ardiente mañana
que continua en los
sigilos del viento.
Criaste mi corazón tierno
en tus dulces pájaros de
enagua.
Longevas raíces
de las caucas resbalaban.
edades de palomas,
entonamos cantos de palabras
con la presencia del alma.
Cimbreante ave de nubes
Hervor horizontal
donde el agua se descalza
en tu boca mojada/
Tienes blancas caracolas
de metal perlado,
los ojos profundos de la
sombra y
el contraste níveo en tu vientre
de alga
He venido a cortar la sed de
tus palomas.
Horadar tu cuerpo de espigas
con eco
invadiendo de sustancia
victoriosa
tu centro de pulpas,
selvas que no se quejan,
dulces rodillas ampliadas.
Circulo de oferta en tus
senos,
loca palabra que calla y
se remonta en fragor
que no se nombra/
En la huella exaltada del
lecho
se pronuncia en bocas
donde los labios
rosas sucumben
en los límites extendidos,
apagando de fatiga tus rojizas curvas.
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