Cuando el pasado se me hizo
el ahora y
la copa de la fantasía se
derramó en letra y poesía
Apareciste con un velo, casi
de la nada.
Con gestos y risas tan
parecidas a mi alma,
que ya no quise mas celos
diamantinos
ni nubes pasajeras de affair
En ti halle la ventana de mi
sueño volátil hecha mujer,
El completo y absoluto equilibrio
entre lo carnal y el alma y
el desequilibrio de tu risa espontánea.
Entre las grietas de la
niebla y el sudor de las nubes,
derramando en gotas y
lluvia,
le fui propagando al oído
del rumor y
al corazón del silencio,
editando a los cuatro vientos,
que los poros de tu piel
serian mi aliento
Te besé hasta la oscuridad
de la sombra
y la planicie de tu
entrecejo hasta el hartazgo
Cerca de tu mentón de hada
halle el espacio de tu boca
Y besé como a la sangre tus
labios de infinito rojo.
Debajo de tus ojos de cristal
saboreé tus pómulos de melón
rociado y
al paso saludé a tus
pestañas voladoras,
mientras tu risa la guarde
en mi bolsillo.
No hubo un pliegue de tu
ropa
-ya caída por gravedad-
en la que no encontrara la
llave y
desate tu cerrojo, en la
plaza de los juegos íntimos.
Y descifrando el enigma de
tu pelo,
como lectura interminable y
cuento de novela rosa hecha
tamaño Biblia
Con habito medico te receté:
Para tu crónica enfermedad
de amor.
Dosis en cantidades de mis
únicos labios
supervivientes del
naufragio de todos los hombres
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