La casa esta vacía/ Vacía de almas y temblores Vacía de muebles y tenedores/ Platos y patines, vacía de miradas y quejas/ De pies que giraban sobre la cera patinando/ Mas vacía de ropas que un sórdido asaltado/
La puerta en pie aguarda como una boca en... ¡Hola! que alguien entre su paso precipitado/ Los marcos tienen el orden del hóspito abrazo/ Pero la casa sigue vacía de vísceras/ De risas y lamentos/ Sin sillas, pantallas ni radios, parece un refugio de calvario más cuidado que bunker tirano/ En mi corazón persistente el dolor de vida ausente/
Pero en mis sueños aun retumban pájaros trinando campanarios, vivir un silencio compartido de pareja o una ruidosa charla desordenada/ Un suspiro sorpresivo o tantos labios que he besado/ Un planeta de doble columna/ Un fino cuello de apreciada botella y dos carnes exaltadas de rojo bajo una nariz que antes llamaba labios/
Sigue vacía la casa... Ni el buzón ni el cartero dejan una remembranza/ Tan vacía que hasta él último fantasma ha huido, y solo recuerdo el penúltimo sonido del timbre anunciando mi hora consumida/ El solitario espejo tomó la posición antípoda del vidrio de Dorian, y me ve como una copa rota de cristal barato cuando asomo mi rostro barbudo de monotonía/
Sigue vacía... Sobrante de inútiles grifos/ El agua parte las paredes donde el hongo hizo su estable morada/ Me espera mi ducha que lave algún pecado/ ¡Que mucho ruido haga! Y cuando mojado salga quizás halle el silencio de labios en una boca fémina de sorpresa que curiosa ha entrado/
La casa sigue vacía/ Pero el alma plena y caminante se escurre por las mirillas de las puertas/ Las ventanas destraban mi mirada al rayo de luz dorada/ Por si acaso, en las veredas, dejé un llamado, una extendida túnica de mentira, un número de habla real/
Mientras... La lengua plena de licores, los dedos embriagados de nicotina resuelven en debate con la soledad exigiendo su urgente retiro/ Que el vacío lleve su plaga fagocitaria y entren florecidos carmines en las manos de mi esperada Dama/ Hasta que exploten las paredes su catacumba y amanezca la casa con el lleno del metal y el madero/ Desde el habla del amigo a la esfinge cortesana, hallen su Bienvenida de entrada, sea por la puerta o por las ventanas/
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