La rosa temblorosa en fugaz brisa se
desprendió del tallo,
la inmaculada rosa siguió blanca sobre
aguas turbias del pantano.
Sobre camalotes umbríos flotaban miembros
de pétalos tornasolados.
La noche pura y serena amplió alegres
brazos.
En el sentir del espacio rondaban lunas
llenas
que a la labor de su faena pusieron obra
en mano.
Así fue la rosa blanca un seno en postras
noches serenas
y las aguas del pantano vencido huyeron
fugitivas del milagro.
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