Amor...
No puedo llamarte amor.
No hay palabra que
corresponda
ni boca bajo el árbol de la
sombra
que encamine a tu fragor.
La música que ejerzo es oro
vago
a tu oído de caracola sabio.
De tantas épocas busco tu
clamor
que los tiempos son horas
sin reloj.
¡Aguarda Amor!
Cuando halle un buen vocablo
dejaré un dulce graznido a
tu lado.
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