Bajo la noche en que estoy
amparado
hallo en una blanca estrella
tu recuerdo del alba.
Desterrado como los viejos
puertos sin uso
siento rozar antiguos ritos
de corolas en mi alma.
La marea vuela con alas de
eco difuso,
canta con sirenas moldeadas
en tu forma de hembra/
En ti acumulé todas mis
banderas enamoradas
con el afán de un infante sin
pompa inaugurada,
hasta que el reloj tocó su
hora de partida
me ceñí a tu deseo que se iba
haciendo neblina;
como una lumbre diáfana de
derrumbado faro
abandonado de besos te miraba
de la lejanía/
Antes del agua reviví tus
pies de embriagada playa
con mis velados
párpados,
mi naufrago corazón se hacia
gajos en rayas/
Antes de tenerte compartida
diluí los escombros
en lo mas interno de mi
sombra/
Oh amor mío, el canto se ha
hecho tan estrecho
qué en mi oído de desvanecida
caracola
me quedó un silencio de copa
vacía/ Fuiste en mi tacto la
ceñida cintura de turgencia/
Me llevo tu beso único de
copa tinta
cuando entra la negritud del
agua salada
y conjugo en verbo tus deseos
de latido
y en adjetivos tus contornos
recorridos/
Asé parto en la feroz ruta de
un gris enero
más sólo que una barca de
papel irónico.
Con los frutos de tus besos y
la alquimia de tu ternura,
girando en mis labios
desnudos la púrpura miel de la opalina/
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