Mis labios están llorando por tus besos/
El cielo suelta una lagrima en destello/
Mis pies caminan con tu paso.
No hay cenizas ni bruma entre nosotros,
solo sano leño quemante
que diluye las nubes de negra amenaza
y encarcela su temor en las paredes del aire.
Los encontrados ojos velan su paz de sueño y
las manos deshojan la víspera del fogoso
encuentro.
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