La calle de los eucaliptos
dibujó mis medias con
memoria/
Dobló el rugir del viento su
danza
y gimientes sus hojas de
curada herida
sonaban como
voz silente de calmo océano/
Enmarcan mi vista y
su ojo
persigue mi forma de zapato,
hasta que sus manos
tocan suave mi puerta/
Entran silbando el eco
en las nostálgicas paredes
y cuando exhausto estoy
me dejan su sonrisa de
papeles
cubriendo mis pies de medias
descalzos
refrescando mis
diários zancos/
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