Estoy cubierto de silencio
color blanco frio
como la nieve
he caminado a cuestas con mi
cansancio
Me tiendo a esperar tu voz de
tenue tibieza,
color de amarilla arena.
Dame tu dicción que mi
garganta está rota de gritos.
El silencio se escurre de los
dedos su calva cabeza
y las manos se pueblan de vacíos,
da la sensación que el sigilo es una sierpes
o un ciempiés de humo
evanescente.
Deja secuelas que al corazón
corpóreo resienten.
Se que me tendí detrás de
palabras huecas,
desde hace tiempo atrás preciso
las correctas
y no las encuentro, ni están oxidadas en los
anaqueles
Lo que se percibe es
indiscutible axioma y no capricho,
llevo testimonios de escarchas,
pisadas sin nombres.
Oquedades de ciegas palabras
henchidas por sus vidrios,
atraparlo es vano intento de
plasticidad muerta,
Nombrarlo es darle espacio
sin voz, grito de tiempo
que al ámbito acecha.
Sigo tendido, imploro me
otorgues tu fonema
como una mano donde asirme y
levantarme
cual espuma de sólida
materia, en paz dejar el zurriago
del silencio vagando en piras de chaflanes,
que se consuma el indeleble en llamas rojas de
incendio.
De LLUEVE EL VIENTO EN LOS
TEJADOS- a publicarse julio 2019 - Ed. PALIBROS - N.YORK - EEUU
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Poemas de ricardo
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