El miedo al miedo
está enquistado en el cráneo
del humano, en los
nervios, la médula, el cerebro y la sangre.
En la naturaleza el
miedo está equilibrado en dos balanzas,
se huye hasta el
muro o gira al enfrentamiento…
¿Cuándo el leño
ordenó al fuego hacerlo ceniza?
¿Cuando la lluvia
preguntó por la sed de la tierra?
El sueño
inconsciente de la noche
es hervor de hierro
en la mañana
se acerca la tarde
y el miedo con su maña
in crescendo araña
el oído del hombre
con estrepitosas
voces.
¿Quién pidió a las
nubes ser paraguas del sol?
Amigo, el aire
entra en actitud compulsa
y la tierra tiene
coraje que no esconde.
Los vientos soplan
de siglos ramas ilustras que
narran la memoria
del fósil cromañón y
y el negro carbón
es solo tinta de oscura lluvia.
En el brusco
terreno extenso las dubitantes fibras
urden un cinturón
de horizonte y espina.
Ay, cuánto dolor
expresa el alma muda
Del miedo que mece
la mano de la cuna.
Juan aguarda en
calma y el secreto
de María miente en
la manzana
que otorgó como
emblema su fatal diploma.
Así se transmitió
la historia generacional
en el imperio del
libro paralelo a la tempestad
entró los peligros
del miedo latiente
que parece
continuarse en los genes.
Emprendemos
pedestre riesgo al caminar
sótanos con pies de
lodo al firmamento,
en la altura el
cielo abre rito matinal firme
que no ablanda como
los geles.
Con ficha eléctrica
conectados
al cubil de los
dados trajinados…
Cada uno roza la
costilla del desatino y
nos toca a quién
mas, a quién menos,
estibar la bolsa
del tembloroso miedo
cargando una pesada
joroba de camello en el destino.
Cada quien con su
cruz.
Cada cual lo que haga con la luz.
Todos los derechos
registrados en Safe Creative & Published Word Press Poetry
No hay comentarios:
Publicar un comentario