Mis oídos sin ti, no son oídos. son escombros,
son dos huecos asnales, pendiendo de las sienes.
Mis manos sin las tuyas carecen de bienes,
e impías espinas anidan el marco de mis hombros.
No tengo boca sin tus labios. Solo oquedad.
La flor se deshoja, la rosa bravía estremece.
¡ Tanto, tanto ¡ qué calvarios sudando parecen.
Mis labios hablan y no son sabios en verdad.
No sé dónde me llevaran mis alas,
ni en que espacio astral a vagabundear.
Mis dedos sin ti se afinan y adelgazan.
Si la imagen de tu huella calla.
¡ Estoy perdido mi Reina ¡ mi deambular termina
en el confín donde tus manos me abrazan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario