Salía
de un inmenso y lúgubre cemento
de
nombre hospital/
Había
transitado el signo del coma,
mi
cuerpo como descapotada calesa
entre
los metales de una móvil silla
de cuatro ruedas avejentadas
bajando
el mosaico del umbral/
Entonces
creía que el cariño de la mano
había
sepultado su rencor.
Quise
narrarte a tus dobles oídos
el
dolor de mis prados en la espalda,
el
retumbar de mi mente estrellada,
el
aguijón que en mis pies hizo morada,
el
cielo del blanco yeso
y
mi vigilia de cama anclada/
Sin
mas espera que tu llegada me pregunté?...
¿Vendré
aquí en regreso a renovar
el sentido del antifaz de la muerte
conocida?
¿Del
otro lado de la reja
estarán sus pies de raíces iluminadas?
Obtuve
la paciencia del atrasado reloj
pero
mi latido ya sonaba a muelle abandonado/
Fue
entonces que te bajé de la colosal montaña azul
y
regresé tu estatua de trapo al inestable mosaico de los mortales/
Fuiste
llama que encendía mis hogares,
pero
entre los fuertes vientos me arrojaste
como
un pabilo de cera apagado/
Olvidé
tus dos copas de frente.
Olvidé
tu palabra con semblante y
Olvidé
el deleite de tu ojo encontrado/
El
tiempo trajo su nueva suplencia
en
un rumor de súbito paso,
una
azarosa emergencia de encuentro/
¡Una
flor!...
Una
flor que no se partía contra mis muros
ni
olía a tus jardines olvidados/
Una
flor que mi mundo ignoraba/
Un
nombre que tu voz desconocía/
Venia
de lejos...
De...
Nunca
pregunté su origen de alhelíes
ni
su rumbo de esparcida violeta/
Le
conté a un solo oído mi fractura encolumnada,
ella
estableció en su cuello
la
flexible sonrisa del girasol y
apoyó
su verde cabeza de espiga acariciada/
Yo
estaba erguido de aspecto
como
maizales rectos elaborando su fruto,
mi
interior llevaba la maca de la uva maltratada/
Era
el canto tísico de la sustancia sajada
cubierto
de parches pelosos sin sonido/
Ella
traía sus propios golpes
con
música a flamenco llorado
y
los nuevos hilos negros
en
su pelo a clavel de odio olvidado/
En
sus manos azules traía la marea compartida,
su
uña fuerte partía la calada manzana
y en un infinitivo sin despedida
estableció sus potencias en mi corazón aliviado/
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