Mi
hígado de Prometeo lo carcomió un buitre.
Mi
ilusión de niño ancló en un viejo pupitre y
mi
corazón blando lo partió un cupido tirano.
De la
escuela al mausoleo de los deseos,
aun el
piñar no cae del pino
ni la
trementina avanza en mis dedos sin destino.
Mi amor
de Eros se estancó en el lodo de un amor juvenil
cuando
sus ojos se llevaron los míos mi párpado lloró,
me
ajusté los dedos exprimiendo el sudor
del
cinturón del mar a ultranza en mi nave despojada.
Mas no
ando mi trote llovido,
ni saco
de mis venas la lengua enredada en gasas,
porque
a la lejanía y en barranca hallaré el modo de inclinar la balanza.
Del sol
a la luna no hay distancia ni espacio para una danza.
¡ Ay amor del hoy ¡ No te hallo
en el baile,
donde
andarán tus pies de molienda triturando la harina y
el
hollejo de la uva.
Mágica
esencia de Vulcano, incinero mi alma en ascuas
La
razón se me hizo a un lado y en el ombligo leo el presagio:
¡ El
vientre del Océano se quedó sin pétalo para mi mano ¡
No
augura nuevas pascuas. la trinchera de mis entrañas
En el
tajo del viento sé asilo un hongo macilento
Y aun
mi voz y mi boca extrañan
El
sabor de besos tallados que me han dado.
¡ OH,
tenaz, impiadoso pasado ¡
me
condena un arcano secreto de húmeda frontera
al paso
de mi esqueleto la senda lo acecha,
con el
color iluso de la vid y leche en rosado.
Y yo
sigo aun
con mi
cadena de inframundo sombrío a cuestas
Escribo
huérfanas palabras, no espero que el sueño me alivie
Sigo
paseando el finito margen de la frontera de la sangre
Acariciando
la almohada y
la
súbita emoción que adormezcan mis nervios,
con una
inyecta anestesia de efluvio de mujer.
¡
Después de todo la vida es para mi nada mas que una apuesta ¡
¡ Ay de
mí, mi amor amada ¡
Como aguardo
tus manos de shaman curadora y tu piel de hada y tela
Como
remedio y pócima de botica naturaleza
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