Si ves que derraman llanto
por los muertos que no son tus muertos,
en penas que no son tus entuertos.
son los idólatras del espanto.
Ten el garfio del pirata listo
Para los que curan heridas de palabra
No sus llagas. Estrenan lengua macabra,
usan caretas que huyen al imprevisto.
No rindas tributo de esclavo a su consuelo.
Feroz muerde la mano que te alimenta
Si son los dedos que plantan lento tu velo.
Solo es hierro frágil lo que aparentan.
Tómalo de golpe como una afrenta.
Recoge el guante, y acepta el duelo.
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