Acuné un manto de ilusión de niño
al ir en busca del principito azul.
Me atreví a la osadía de un Icaro,
al encuentro del febo de tu risa.
Al periplo de Ulises encadenado
por el canto sirenio de tu suspiro.
Pendiendo de la cuna de tus cejas,
mirando tus ojos de castaño florecido.
Al vuelo de tu horizonte en bandada,
oteando sueños inconclusos,
el viento me levanto en andas.
Cuando en tus verdes brazos de alerce
distraje mi mirada
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