En
el hueco de tu boca
penetra
mi alma de lengua encendida.
el
amor se expande por mis labios,
como
protagonista del beso.
Mi
corazón se derrite, en miel de panal,
bajo
el calor infernal del desierto.
Navega
ardiendo, entre el fuego y la madera, y
por
la tierra del lino
en
tu planeta de labios
se
despeña.
Con
la estrella de tu mano,
vago
al acertijo de la noche.
Si
me aguarda una sombra,
el
rayo explosivo de tu sueño,
va
al secuestro de lo sombrío.
En
el tiempo de la luz,
me
dejas tu mirada de faro,
y
las hojas de tu pelo
marcan
la página en el libro del amor.
Negro
intenso.
Reina
de las sombras.
En
la caldera de la memoria
cual
ola crespa consecuente,
el
agua de mi boca es tu reino y
en
el espejo de mis ojos:
eres
mi reina de la imagen.
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